La definición, o la ausencia de ella, en el Cuerpo Gráfico nos llevan a dos conceptos: el Tipo y la Autoridad interna. En el tipo radica el valor práctico que los conocimientos del Diseño Humano tienen para ti, es el núcleo, ya que cada tipo ofrece una estrategia mecánica y natural para gestionar tu vida. La autoridad interna es quien manda, quien decide y siempre está en el cuerpo; la mente no tiene autoridad para tomar decisiones por ti porque no conoce tu naturaleza. Vivir tu diseño es experimentar con la estrategia de tu tipo honrando tu autoridad interna. Permítete el experimento y ve qué pasa; tu mente se liberará de la pesada carga y te verás tal y como eres; descubrirás –sin buscar– la belleza de tu propósito, un propósito único para el que estás diseñado. Todo comienza con tu Tipo.
Los tipos son cuatro
Manifestadores, Generadores, Proyectores y Reflectores.
Los Generadores son el Tipo dominante, casi el 70% de la población mundial. Son los que impulsan la fuerza vital en el planeta. Su Estrategia es esperar para responder y, a través de su capacidad de respuesta, encontrar satisfacción en el despliegue de su energía, evitando así la frustración. Tienen un aura abierta y envolvente y están aquí para conocerse a sí mismos. Dentro del tipo Generador existe una variante que es la del Generador Manifestante, pero sigue siendo un generador y su estrategia es la misma: esperar para responder.
Los Proyectores conforman en torno al 20% de la población. Su estrategia es la de esperar por la invitación de aquellos que los reconocen, para de ese modo encontrar el éxito y así evitar la amargura. Tienen un aura enfocada y absorbente y están aquí para entender y guiar la conciencia del otro.
Los Manifestadores abarcan en torno al 9% de la población. Su estrategia es informar antes de actuar para encontrar la paz y así evitar la rabia. Tienen un aura cerrada y repelente y están aquí para comprender el impacto que tienen sobre los demás.
Los Reflectores carecen de definición y abarcan solamente el 1% de la población. Su estrategia es esperar un ciclo lunar (28 días) antes de tomar una decisión importante, encontrarán entonces la sorpresa y evitarán la desilusión. Tienen un aura resistente que recoge muestras en la diversidad humana para identificar quién es diferente.
La cualidad y el potencial de tu vida están basados en las decisiones que tomas y en la dirección en la que te llevan. Mira cualquier carta del Rave y lo que verás es una dualidad obvia entre lo que está definido –coloreado– y todo lo demás que permanece en blanco, abierto y receptivo a los condicionamientos.
Decimos que lo que está en blanco está abierto, y abierto es abierto; no está roto, no está vacío – por lo que no es necesario llenarlo–, no está incompleto, no está ni bien ni mal. Está abierto. Lo que está definido es siempre así y lo que está abierto experimenta realidades diversas. En nuestra apertura es donde encontramos, conocemos y aprendemos de la diversidad, es donde estamos abiertos a la totalidad, es nuestra escuela y nuestro potencial para la sabiduría; pero si no lo gestionamos correctamente según nuestra naturaleza, es donde nuestra mente, al percibirnos vulnerables, intenta fijar esas funciones y características sin poder ver su verdadero potencial. Nos sentimos atraídos por lo que es diferente a nosotros, es un imperativo genético del ser humano, pero distinta es la atracción por lo que es diferente a la identificación con ello.
Vamos a volver por un momento al océano de neutrinos en que estamos inmersos. La corriente de neutrinos es constante y nos atraviesa con su carga de condicionamientos. Una de las fuerzas condicionantes más importantes es la presencia de otras personas en nuestra aura. Para explicarlo de un modo sencillo voy a utilizar el ejemplo de un centro abierto. Supongamos que hay un individuo que tiene un centro abierto y quien está en su presencia lo tiene definido. Eso significa que, a través de la corriente de neutrinos, ese centro estará temporalmente –mientras dure el encuentro– definido. Si quien lo tiene abierto no es consciente de su apertura, mecánicamente su mente se identificará con la definición del otro, condicionando así su propia naturaleza.
Claramente es en nuestra apertura donde todo lo que no somos –nuestro No-Ser– echa sus raíces. Hay otras fuerzas condicionantes importantes, como por ejemplo el tránsito planetario –que es donde se encuentran los planetas en cada momento–, la comida y, por supuesto, la mente estratégica del ser de 7 centros, cuya inercia aún nos impulsa. El condicionamiento está siempre presente, no hay forma de hacerlo desaparecer y de hecho no es algo malo, ni tampoco bueno. Lo único que podemos hacer desde nuestra humanidad es seguir nuestra estrategia y honrar nuestra autoridad interna, para así alinearnos con él y vivir siendo quienes somos en este mundo condicionante y condicionado.
Cuando uno opera desde su No-Ser está intentando –como las palabras lo indican– ser lo que no es, en el No-Ser le cerramos la ventana al verdadero Ser. Nos identificamos con el condicionamiento externo y los centros abiertos, desde su estrategia de compensación –que también es mecánica– amplifican, distorsionan, reaccionan exageradamente y son propensos a los malentendidos. Nos llevan directamente a encontrarnos con resistencias experimentando el tema correspondiente a nuestro tipo: la frustración en el Generador, la rabia en el Manifestador, la amargura en el Proyector y la desilusión en le Reflector. Es mecánico, así funciona.
Tu estrategia alinea tu vida con la geometría y el movimiento que son correctos para ti, elimina las resistencias y tú mismo ya no te resistes porque el mundo exterior refleja exactamente lo que eres y no tu sombra. Eso es la satisfacción, eso es el éxito, eso es la paz y esa es la sorpresa. Vive tu diseño y ponle tu firma a la vida.
“Eres único. No tienes elección. Ámate a ti mismo.”–Ra Uru Hu.
Somos duales. El diseño humano explica que hay dos improntas que se sintetizan en el diseño de cada individuo. Por un lado tenemos la impronta natal –la impronta consciente; aquello que creemos ser– , que es determinada por la posición planetaria en el momento exacto del nacimiento y, por otro lado, la impronta prenatal –el inconsciente, el cuerpo, al cual no tenemos acceso desde nuestra consciencia– que corresponde a la posición planetaria poco menos de tres meses antes de nacer. Esto es algo realmente revelador: explica no sólo cómo funcionamos a nivel inconsciente, sino también cómo nuestro inconsciente conecta con nuestras activaciones conscientes, el todo que somos. El inconsciente deja de ser algo perdido en una nebulosa indescifrable al cual sólo se accede a través de la interpretación de los sueños y los lapsus lingue, por ejemplo, para ser algo que puede verse en el cuerpo, en lo que el cuerpo hace: sólo se requiere esperar y observar, aceptar nuestra naturaleza dual y vivirla.
La magia de esta síntesis se ve en el Cuerpo Gráfico del Rave, donde emerge la fuerza vital del individuo. El Cuerpo Gráfico es algo realmente nuevo; hemos mencionado que es un mapa extraordinario para la transformación individual y es también donde se sintetizan muchas ramas distintas del entendimiento humano. Está construido sobre 9 centros que permiten la regulación del flujo de la energía e información que procesan, cada uno con una función específica y determinada. Estos centros están enraizados en el sistema de Chakras hindú- brahmán; sistema que dominaba los conocimientos del principio de la forma en los tiempos del ser humano de 7 centros. La conexiones entre estos centros, conocidas en Diseño Humano como Canales, proceden del Árbol de la Vida de la Cábala; mientras que las 64 puertas, situadas en ambos extremos de los 36 canales existentes, están originadas en el I-Ching, también llamado el Libro de las mutaciones. Como ya hemos visto, es a través de ellas que los cálculos de Diseño Humano pueden traducir los datos posicionales de los planetas en la impronta de un individuo; su Carta del Rave.
La dualidad del Ser de 9 Centros radica en que dispone de una conciencia binaria. Podríamos remitirnos aquí al inicio mismo de lo que conocemos como universo (bi-verso en Diseño Humano), al Big Bang, pero para facilitar la comprensión de quien recién conoce esta ciencia, diremos sólo que la totalidad que describimos como bi-verso es el efecto secundario de una tensión que yuxtapone el universo atómico y el de la materia oscura.
De acuerdo a la Cosmología del Rave, lo que había en el comienzo eran dos cristales de materia oscura que , como consecuencia de la colisión entre ellos, se dispersaron en todas direcciones, emergió así el universo atómico y con él los neutrinos.
El océano de neutrinos es filtrado por lo que llamamos Cristales de Conciencia. Todas las criaturas vivas están dotadas de dos Cristales de Conciencia: un aspecto del Yin original, llamado Cristal de Diseño, que transforma los datos de los neutrinos en la realidad física del cuerpo y de la vida; y un aspecto del Yang original, llamado Cristal de Personalidad, que transforma los datos de los neutrinos en el potencial de una conciencia auto-reflectante.
La fuerza que mantiene la integración del bi-verso, es la misma que mantiene la nuestra, debido a la presencia del tercero y más crucial de los elementos en la estructura cognitiva de un Ser de 9 Centros, el Monopolo Magnético.
Estos tres elementos tienen una ubicación específica dentro del cuerpo. El Monopolo Magnético reside en el esternón desde donde nos mantiene integrados en la ilusión creada de existir por separado, nos da nuestra dirección individual en la vida. El Cristal de Diseño está alojado dentro del cráneo, desde donde regula la inteligencia y el mantenimiento del cuerpo. El Cristal de Personalidad reside en la coronilla, fuera del cuero cabelludo, y desde allí nos permite conocer quién creemos ser.
El Cristal de Diseño es el vehículo (el cuerpo), el Monopolo Magnético es el chófer y el Cristal de Personalidad es el pasajero. En ese sentido, uno de los potenciales más profundos del Sistema de Diseño Humano es la potenciación del despertar de la conciencia individual de cada ser humano a la presencia de ese ‘Pasajero’.
Con esta información podemos ver más fácilmente de qué manera la impronta dual que hemos descrito más arriba se sintetiza en el diseño individual de cualquier persona. Los dos cálculos en los que se basa la Carta del Rave revelan la impronta de cada uno de los dos cristales por separado. A ambos lados del Cuerpo Gráfico se pueden ver dos conjuntos de datos, uno a cada lado. A la derecha tenemos los datos de la personalidad –codificados en negro– y a la izquierda, los datos del diseño –codificados en rojo–.
En el cálculo natal, que es la posición del eje Sol-Tierra, de los Nodos Lunares, de la Luna y de la orquesta planetaria, configura la base de datos de la Personalidad –el negro– este conjunto de datos representa la única base consistente de quién crees ser, del consciente.
Con el momento exacto de nacimiento como punto de partida en la rueda y retrocediendo 88º en el movimiento del Sol, llegamos al punto de base para la realización del segundo cálculo de las posiciones planetarias. Esta es la base de datos que aparece siempre codificada en color rojo, y que configura la naturaleza del Diseño, la determinación bioquímica del cuerpo y de su herencia biogenética, y de todo lo que opera en nosotros a un nivel que sólo podemos definir como inconsciente.
Vemos entonces que cada una de las activaciones listadas en las bases de datos, llevadas al cuerpo gráfico, colorean la puerta y medio canal del que forman parte.
El Monopolo magnético es el encargado de yuxtaponerlos y mantenerlos en la ilusión de ser uno separado del resto, el monopolo magnético es un imán de un solo polo que captura aquello que los cristales de conciencia filtran, por eso decimos que es el chófer, porque es el que conoce y sabe holísticamente todo lo que se filtra a través de los cristales y puede llevar al individuo en la dirección correcta de acuerdo a su unicidad.
Analizados a través de las mecánicas reveladas en el Cuerpo Gráfico del Rave, los datos contenidos en las dos bases de datos cobran vida. El gráfico mismo se analiza como un mapa. Imagina que cada centro es una comunidad, y que estas diferentes comunidades están conectadas por carreteras y túneles.
Las carreteras son las líneas en color negro y, como hemos dicho ya, representan todo lo que es consciente en nosotros, mientras que los túneles –en color rojo– representan todo lo que es inconsciente. Este es un símil muy ilustrativo a la hora de entender qué es el consciente y el inconsciente, ya que si observamos una carretera vemos claramente qué es lo que transita por ella, pero no cuando miramos un túnel, ya que no tenemos acceso a ver lo que circula dentro de él.
Cuando dos centros están conectados entre sí a través de las puertas a los extremos de un canal, se forma lo que llamamos una definición en el Cuerpo Gráfico y los centros conectados a través de ella estarán coloreados –definidos–, no en blanco. La definición de un canal es la fuerza vital innata. La fuerza vital definida en nuestro diseño es fija; estará disponible de manera fiable a lo largo de toda nuestra vida, es consistente, es lo que nos define, y los centros definidos por él estarán funcionando de un modo fijo todo el tiempo, es lo que siempre somos, para bien y para mal.
Existen tantos diseños como seres humanos han nacido y nacerán, algunos tienen mucha definición, otros menos, otros ninguna. Ningún diseño es mejor que otro porque cada uno es único y, si es único, ¿con qué se habrá de comparar? ¡La maravilla de la unicidad, eres absolutamente perfecto tal y como eres!
“Ámate a ti mismo” es una frase que hemos escuchado y leído muchas veces, pero ¿quién soy? ¿a quién amar? Aquello que creemos ser no da respuesta real a estas preguntas. En nuestro interior sabemos que hay mucho de nosotros que no conocemos y nos perdemos en el intento de reafirmar nuestra identidad sobre una base que carece de consistencia. Una identidad que depende siempre de con quién estamos, cuándo, dónde e incluso de nuestras actitudes, intenciones y razonamientos, una identidad puesta afuera de nosotros que no hace más que negar nuestra verdadera naturaleza y el amor a uno mismo, que están dentro.
El Sistema de Diseño Humano es un cuerpo de conocimientos que nos ofrece una descripción detallada y precisa de cómo funcionamos, cómo funcionan nuestros mecanismos. Por ser un sistema lógico facilita el entendimiento de la complejidad intrínseca a los mecanismos biológicos y cognitivos del ser humano, los cuales revelan y describen de un modo fascinante la impronta del ADN de cada uno de nosotros con detalle y precisión más que milimétricos. La impronta genética es aquello que nos hace únicos; revela lo que es consistente en nosotros y también nuestro potencial de sabiduría cuando se gestiona correctamente.
Es una herramienta de fundamentos lógicos que sirve para que te conozcas, pero lo que es aún más importante es que te da una alternativa para la toma de decisiones. Tu diseño y la estrategia inherente a tu tipo y tu autoridad interna son una base sobre la que experimentar, contrastar y poner a prueba. Una vez que conoces tu diseño, tienes una hoja de ruta que sirve de parámetro para ver si de verdad funciona y lo ves, lo ves en tu vida y en cómo tu vida cambia en función del modo en que tomas tus decisiones. El experimento requiere de tiempo y determinación, requiere de curiosidad por ver qué pasa si comienzas a decidir de una manera diferente y diferenciada.
Para comprender por qué decimos que el Sistema de Diseño Humano es una ciencia con fundamentos lógicos, es necesario introducir algunas premisas básicas, comenzamos.
En 1781, Sir William Herschel descubrió el planeta Urano y, coincidiendo con este evento, tuvo lugar una mutación extraordinaria que determinó el rumbo evolutivo de la especie humana: la emergencia del llamado Ser Humano de 9 Centros. El hombre de Neanderthal, por ejemplo, tenía 5 centros (como los mamíferos modernos), mientras que la cognición del hombre de Cromañón u Homo Sapiens –quien reinó en el planeta en los últimos 90.000 años– operaba a través de una matriz de 7 centros, conocidos como chakras. Nosotros –los seres humanos posteriores a 1781–, en cambio, operamos a través de una matriz cognitiva de 9 centros y en ese sentido somos una forma transicional –a la que en Diseño Humano nos referimos como Homo Sapiens in Transitus– entre el Homo Sapiens y la próxima especie en la evolución: el Rave.
La síntesis
El Sistema de Diseño Humano es el cuerpo de conocimientos que se deriva de las mecánicas intrínsecas al Ser de 9 Centros y las describe. Es una síntesis de conocimientos antiguos (Astrología, I Ching, Sistema hindú de Chakras, Cábala Judía) y contemporáneos (Física Cuántica, Astronomía, Genética, Bioquímica) que son integrados en un mapa único y revolucionario: el Mandala del Rave, dentro del cual se enmarca el Cuerpo Gráfico del Rave. Como toda síntesis, no es ninguna de sus partes, pero tampoco podría ser lo que es si faltara alguna de ellas.
La rueda interna del Mandala, está dividida en las 12 constelaciones astrológicas, siendo los signos los que nos indican la posición planetaria. La rueda externa está dividida en 64 particiones que se derivan de los 64 hexagramas del I-Ching, los cuales están en perfecta correlación con los 64 codones del código genético humano, es decir que cada una de estas divisiones en relación a la rueda astrológica es un potencial genético al que llamamos puerta.
Una puerta tiene un arco de 5o 37’ 30”, dentro de ese arco cada puerta contiene 6 líneas. Podríamos mencionar también que cada línea tiene 6 colores; cada color, 6 tonos y cada tono, 5 bases; arrojando un total de 1080 puntos únicos y diferenciados para cada una de las 64 que son. Pero estos son datos que menciono sólo para dejar ver que no es el signo, no es la puerta; es la línea y la línea con unas características y un potencial cognitivo muy específico y profundo dentro de un vasto abanico de posibilidades. Decimos que eres único, y único es único.
Cuando un planeta está en una posición específica, su información viaja a través de la corriente de neutrinos activando ese potencial genético con la información que carga. Los neutrinos son sub-partículas emitidas por todas las estrellas vivas, contienen masa en su núcleo y es la partícula más pequeña y abundante en el universo. Estamos literalmente sumergidos en un océano de neutrinos, imagina que nos traspasan 3 trillones de neutrinos por segundo; por ser una partícula subatómica atraviesa todo aquello que conocemos como formas atómicas (todo lo que vemos, tocamos, todo lo material).
En su viaje, los neutrinos hacen un constante intercambio de información con los cuerpos con que se cruzan, son alterados y alteran (Ra Uru Hu lo explicaba como algo similar a un choque entre dos coches; un poco de pintura del rojo queda en el blanco, un poco de pintura blanca queda en el rojo) y es así, a través de la corriente de neutrinos, como nos llega la información que determina nuestra impronta genética en el momento de nacer. Es una cuestión puramente física.
Esto quiere decir –y lo voy a explicar sin entrar en el verdadero nivel de detalle subyacente en cada puerta– que si en el momento del nacimiento hay un planeta en una determinada línea de una cierta puerta en la rueda, esta activación se traslada a una característica dentro del cuerpo gráfico activándola, coloreándola.
Pero eso, que no es poco, no es todo.
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